Se dice que la mejor enseñanza es de predicar con el ejemplo, es decir, ser consecuente con lo que se dice o callarse para siempre. En todas las órdenes de la vida, tanto en lo político, institucional, religioso, social, económico, personal, etc., el verbo bonito en toda oratoria ó disertación puede quedar elegante otorgándole aire de las buenas formas. Pero existe un dicho que siempre me solía repetir un gudari ya fallecido: “No hagas caso de lo que dicen, fíjate siempre en lo que hacen” y así es.
Estamos viviendo un momento histórico de esperanza, de ilusión, para la convivencia en paz y la resolución del conflicto. Un conflicto que Euskal Herria lleva padeciendo más de 500 años. El cese definitivo de la actividad armada anunciado por ETA parece ser que no es suficiente por todo lo que estamos viviendo. Antes lo vendían como premisa principal para poder sentarse a hablar, en cambio, ahora, “Nunca hablaremos con la organización terrorista” es el discurso que repite a diario la derecha franquista en el poder y sus aliados.
El discurso actual se centra sobre los prisioneros vascos que quieran reinsertarse. Para ello, se les exige; pedir perdón a las víctimas, y a la sociedad en general, firmar un documento en que manifiestan que se desvinculan de la organización ETA y reconocer el daño causado.
Si nos fijamos en la historia no muy lejana en tiempo hasta nuestros días, digo con toda la rotundidad del mundo, que ETA se queda pequeña al lado de la violencia que siempre ha practicado el Estado español tanto en la época franquista como en la actual (llamada democrática), con todas las prácticas violentas más crueles y atroces que uno se pueda imaginar. El monopolio de la violencia siempre ha sido del poder; Torturas, secuestros, muertes, desapariciones, cadenas perpetuas, juicios políticos, doctrina Parot, mentiras y falsedades en sus versiones oficiales, ilegalizaciones y decretos de urgencia para reprimir al independentismo vasco… Existen aún con nombres y apellidos responsables políticos e institucionales del Estado (policías, jueces, magistrados, fiscales..) que han practicado o permitido con la más absoluta impunidad tales actuaciones violentas.
Yo me hago la siguiente pregunta. Quiénes tienen que empezar a pedir perdón y a quiénes?.. Cuando y cómo?.. Cuál es la ruta a seguir? Valdría como solución el resultado de aplicar la conjugación del presente de indicativo del verbo pedir perdón?. Yo pido, tu pides, el pide…, y aquí no se salvaría ni el apuntador, ni siquiera el rey franquista cazador de elefantes, que bajo el paraguas de la monarquía que representa con poder de Jefe Estado, se han cobijado el terrorismo de Estado y el capitalismo salvaje sumiendo al país en el umbral de la pobreza extrema, mientras que el monarca sigue amasando riqueza de incalculable valor. Ni tampoco la Iglesia Católica que arrastra un saldo pendiente de “perdones” desde que el Papa Pío XII felicitara a Franco por su victoria en la Guerra Civil de 1936, golpe de estado que obtuvo licencia para matar en la llamada Santa Cruzada con la bendición del Vaticano, con el resultado de un millón de muertos.
Con el “borrón y cuenta nueva y aquí no ha pasado nada” sepultada con la “Ley de Amnistía de 1977” y la llamada transición democrática y la Constitución del año 1978 echa a la medida del nuevo franquismo y con las pinceladas de los militares, por si las moscas, sigue arrastrando un déficit democrático de tal magnitud, aunque las Leyes están redactadas para aplicarlas la justicia no es igual para todos. Ni mucho menos.
Estamos asistiendo a una realidad del mundo al revés. Personas que deberían estar en prisión gozan de la libertad absoluta con honores y ascensos incluidos. Por citar algunos fijaros que gentuza: Enrique R. Galindo, José Barrionuevo, Rafael Vera, José Amedo, Julen Elgorriaga, Julián Sancristóbal y otros muchos… Acaso pidieron perdón estos señores? Y qué decir de los chivatos, mercenarios a sueldo (BVE, Triple A, GAL), torturadores, políticos corruptos y otros intocables que con su mierda corrupta ha salpicado hasta la Casa Real? Pues bien, señores, todo esto es España. En cambio, los presos vascos que deberían estar libres desde hace tiempo o que nunca deberían haber sido encarcelados por su actividad política, siguen aún en prisión por la política penitenciaria de venganza y exterminio.
Democracia esta, en la que nuestra libertad de expresión se convierte en apología al terrorismo, en cambio, a los insultos que nos profieren ellos se le denomina libertad de expresión.
En cuanto a la ruta de perdón a seguir, recurrir a la obligación de “arrodillarse” y a la humillación, es pura venganza. A mi forma de entender, el perdón revolucionario no existe. Sin querer hacer paralelismos, acaso pidió perdón el franquismo? Y que me decís de Fraga, que tras su fallecimiento reciente, las homilías dedicadas a tal efecto por la iglesia de Rouco Varela y cía., daba la impresión de que se trataba de un santo? Los sucesores del franquismo (PP), reconocieron alguna vez el genocidio?
La solución pasa necesariamente por el dialogo y negociación. Dar la espalda por parte del gobierno español a las recomendaciones recogidas en la Declaración de Aiete, así como al documento suscrito en el Acuerdo de Gernika y de otras personalidades internacionales, y apostar únicamente por la vía policial y la ley del embudo, la única lectura que se debe extraer de todo esto es que quieren la guerra y no la paz.
Efectivamente, tiene que haber un reconocimiento y reparación a todas las víctimas de todas las violencias. La solución no pasa por perdones e inserciones individuales. La solución debe ser colectiva. Pacto entre el Estado y ETA. Dialogo y negociación de pueblo a pueblo y todo lo demás llegará. La ruta del perdón por la ley del embudo nunca prosperará. A la solución definitiva se le llama soberanía.
Pello Aramaio Etxaburu (Frankismoko euskal preso ohia)
